Add parallel Print Page Options

Entonces Acab, enojado y deprimido, regresó al palacio. Se negó a comer, y se acostó vuelto hacia a la pared.

―¿Qué es lo que te pasa? —le preguntó su esposa Jezabel—. ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás tan deprimido y enojado?

―Le pedí a Nabot que me vendiera su viñedo o que lo cambiara por otro, y él se negó —le respondió Acab.

Read full chapter